Las
hermanas Agazzi, junto con Fröebel y María Montesori, comparten la idea del juego
como mecanismo fundamental para conseguir el objetivo con los niños. Sin
embargo, el objetivo es diferente, las hermanas Agazzi se preocupan de crear un
ambiente de responsabilidad, no solo con las actividades de la vida cotidiana,
como hace María Montesori, sino con el uso de materiales naturales, donde se
les pueda sacar el máximo partido a los objetos, de esta manera las hermanas
Agazzi, logra que aparte de ser autónomos, sean responsables con el medio que
les rodea.
Además,
todos tienen un objetivo común, que los niños sepan adaptarse al medio que les
rodea, y estimular esta inquietud por descubrir y aprender. Fröebel les
trasmite este valor a través de ganarse su confianza, intentado que los niños
se sientan como en su hogar, María Montesori, en cambio, intenta llegar a este
valor a través del cariño, y por último las hermanas Agazzi, intentan
trasmitirles esa curiosidad, dejándoles que descubran los objetos, a través del
juego del cesto de los tesoros.
En
conclusión, las Hermanas Agazzi, se diferencia de los demás autores, en el uso
de materiales naturales, además de darles una cierta libertad para inspeccionar
su entorno
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